Cómo enlatar comida en casa
La técnica es clave para mantener su seguridad y la de sus alimentos.
Ninguna estación captura el pico de producción como el verano. Es la única época del año en la que utilizamos maíz fresco en lugar de alternativas congeladas o enlatadas. Los tomates de verano son lo más destacado de nuestra cocina en climas cálidos, mientras que los tomates de invierno son literalmente la pesadilla de nuestra existencia.
Hay una razón por la que recurrimos a las versiones en conserva de nuestras frutas y verduras favoritas: se recogen en su mejor momento. Los supermercados ofrecen versiones enlatadas de algunos de nuestros ingredientes favoritos: tomates, maíz, melocotones y más. Pero si tiene su propio huerto o se topa con más productos de los que sabe qué hacer, el enlatado casero es una técnica tradicional que extiende la vida útil de sus alimentos y libera mucho espacio en el refrigerador.
Hay muchos factores en juego cuando se trata de enlatar. Los pasos en falso en cualquier punto del proceso pueden alterar el sabor de la comida e incluso exponerlo a usted y a sus seres queridos a bacterias dañinas. Aquí encontrará todo lo que necesita saber antes de profundizar en la tradicional tradición de conservación de alimentos.
Es posible que ya coloques las sobras en recipientes antes de guardarlas en el frigorífico. Esto protege los alimentos de contaminantes externos, pero ese es sólo un elemento de conservación. También debes considerar lo que sucede dentro del contenedor.
Los alimentos que comemos contienen combinaciones únicas y complejas de bacterias, enzimas y agua. Cuando se cocinan y se comen en un corto período de tiempo, estos microorganismos no necesariamente tienen un impacto importante en la integridad y seguridad de los alimentos. Pero cuando los dejas prosperar y multiplicarse, lo que te queda es comida que no es nada deliciosa.
Para mantener los alimentos en buen estado durante períodos prolongados de tiempo, es necesario abordar los contaminantes tanto externos como internos. Es por eso que el enlatado requiere una extensa preparación de los alimentos: desde el lavado hasta el pelado, la adición de ácido y el tratamiento térmico. Todos ellos trabajan juntos para eliminar el oxígeno y destruir las enzimas y bacterias que hacen que los alimentos se echen a perder.
Además de eso, el proceso de enlatado implica la creación de un entorno sellado al vacío que evita que microorganismos no deseados se infiltren y estropeen los alimentos del interior.
Lo más importante es comenzar con ingredientes y herramientas súper limpios, porque incluso un germen microscópico puede proliferar y convertirse en una colonia masiva.
El recipiente para conservas más asequible y fiable es el clásico tarro de cristal. Estos frascos están diseñados específicamente para enlatar y se pueden reutilizar una y otra vez. Pero siempre debes desinfectarlos antes de cada proyecto. Este proceso normalmente implica hervir tanto los frascos como las tapas en agua.
Luego tendrás que trabajar en la comida que estás agregando a los frascos. Es importante que empieces con ingredientes frescos y meticulosamente limpios. Y no importa lo que decida hacer, asegúrese de seguir una receta de una fuente confiable, como el Centro Nacional para la Preservación de Alimentos en el Hogar.
Una vez que llenes los frascos casi por completo hasta arriba, puedes cubrirlos con una tapa compuesta por un disco plano y un anillo de metal. Luego es el momento de eliminar el exceso de aire y crear un sello al vacío.
Puedes crear un sello en una olla con agua hirviendo o en una olla a presión, dependiendo de lo que requiera tu receta. Este proceso de tratamiento térmico mata las bacterias y enzimas restantes y expulsa el oxígeno adicional del frasco.
Luego, una vez que se retira el frasco y se deja enfriar, el cambio de temperatura crea el sello de vacío. A partir de ahí, tus productos enlatados pueden durar al menos un año a temperatura ambiente.
En última instancia, los requisitos de seguridad varían según los alimentos que se conserven. Los alimentos con bajo contenido de ácido, como la carne y la mayoría de las verduras, por ejemplo, presentan un mayor riesgo de botulismo que los ingredientes con alto contenido de ácido, como la fruta. Si alguna vez tiene dudas, no lo deje al azar; asegúrese de consultar la extensa guía de conservas caseras del USDA o comuníquese con un experto en la extensión de la universidad estatal más cercana para obtener ayuda.
Gabby Romero es la asistente editorial de Delish, donde escribe historias sobre las últimas tendencias de TikTok, desarrolla recetas y responde todas sus preguntas relacionadas con la cocina. Le encanta comer comida picante, coleccionar libros de cocina y añadir una montaña de parmesano a cualquier plato que pueda.
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